A veces tengo la sensación de que a pesar de hablar en alto nadie me escucha. Como si hiciera el camino sola, aunque voy rodeada de peregrinos y romeros. Hablo y hablo y sólo oigo mi voz y el silencio. Ni el de las carretas, ni el de los pisadas. Todo lo mas alguna voz interesada dando órdenes a las caballerías. Especialmente a los bueyes que son tan torpones. Entonces pienso que quienes me rodean no son peregrinos. Tan solo fantasmas. Por eso no se les oyen las voces. ni los pasos y ¿entonces para que hablarles? Lo inútil que es hablar con fantasmas, pero sigo hablando por no saber callarme. ¿Será que estoy en el Rocío?
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