sábado, 16 de febrero de 2013
ADIOS AL CARNAVAL
El carnaval se va pero nos quedan los ojos de mirarlo. No se ha borrado la memoria de la música, ni el eco del ritmo del movimiento. Queda la multitud de imágenes aprehendidas del bullicio y la fiesta. El recuerdo de los juegos de colores y luces como fuegos de artificio, que eso es el carnaval. Con el ruído de los cohetes que explotan en el cielo de la noche y el retumbar de las tracas. Voces y canciones. Gritos, farsas y comparsas. Bromas e ironías que a veces exhalan sarcasmos. Disfraces y trajes en desafío de ingenio y elegancia. Con las máscaras para ocultar los rostros rígidas e inmutables pero que parecen reír a carcajadas, porque lo que prevalece es la alegría de la fiesta, que los cuerpos salieron a celebrarla. Por eso el Carnaval parece que se va pero no lo hace. Se queda guardado y callado, como en el fondo del baúl, hasta el año que viene. Que el Carnaval viene y va pero no se acaba.
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