domingo, 7 de abril de 2013

A UNA AUSENCIA




Lo presente no se recuerda, se palpa. El misterio comienza cuando no se tiene y se hace memoria y la cuerda se tensa cuando se añora. Así permanece  en mí Carlota Jewell sin que intimáramos más de lo necesario, ni profundizáramos más de lo conveniente. Ella venía a mi como vivía, generosa y dadivosa y me envolvía en su creatividad material y afectiva, protectora.  Por eso me niego a haberla perdido y sueño que cualquier día la recuperaré al girar por una esquina. De esas sin aristas y vertiginosas como son en SL.

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