Cuando estoy en la playa no me canso de contemplar las olas que redundan en la repetición. Esa que decía que tenía tanto de infantil. A ellas mismas si las quiero ver infantiles lo son. Y también juveniles por el vigor y la fuerza que evidencian y a la vez adultas por la seriedad y la constancia que acreditan. Realmente tienen la esencia de todas las edades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario