La suma de las ausencias a veces
hacen presencia como la forma en su molde o las horas en el reloj que las hace y las deshace como
pompas con sólo girar la aguja. Como el
calendario con los días o la nieve con las cumbres y el sol. A más del uno menos
de la otra. Como la abundancia y la necesidad o el poder y su pérdida. Eso es
lo que puedo decir, que otra cosa es el sentir. A veces ese es el remedio y no
hay otro: sentarse a la puerta de la casa y esperar. Soñando con lo que no
llega y alborozándose al descubrir que viene.
Ese es el vaivén de la vida y los sentimientos.
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