En una escenografía gótica catedralicia tuvo lugar la fiestuki del viernes. Ni que decir que el negro mortuorio campó a sus anchas dando sabor el evento mientras la música se escapaba con la libertad de las olas. Todo es posible cuando la marcha es buena y una vez más de primera. Está asegurado que sin miedos ni remilgos viajamos a todas las latitudes. ¿Dónde será la próxima parada?
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