A veces nos dominan y es bueno que nos dominen para sentir como una borrachera de luz en la que sólo hay colores que hablan por ellos mismos. Como si las formas se fueran para dejarles a ellos imperantes y dominantes llenándolo todo. No deja de ser una experiencia la del dominio del color como esencia y protagonista en apresurado barullo como otra forma de ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario