MIRANDO HACIA ATRAS
Me acusas de autobombo por hablar de mis obras y las de mis amigas. Me vale si no excluyo a mis amigos y tan solo reconozco lo que hay que reconocer: las obras buenas maravillosas que hacemos y han quedado plasmadas en los libros que sumamos. De la abundancia del corazón habla la boca decían los clásicos y en eso estamos: en recoger esa abundancia, que si es tanta, tan rica y tan variada no se puede más que plasmarla con orgullo. Y así es como es y lo aviso, porque no voy a callarme otras muchas maravillas, de esta naturaleza o de otra, que las hay y las tenemos y con nosotras están.
Me acusas de autobombo por hablar de mis obras y las de mis amigas. Me vale si no excluyo a mis amigos y tan solo reconozco lo que hay que reconocer: las obras buenas maravillosas que hacemos y han quedado plasmadas en los libros que sumamos. De la abundancia del corazón habla la boca decían los clásicos y en eso estamos: en recoger esa abundancia, que si es tanta, tan rica y tan variada no se puede más que plasmarla con orgullo. Y así es como es y lo aviso, porque no voy a callarme otras muchas maravillas, de esta naturaleza o de otra, que las hay y las tenemos y con nosotras están.
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