Elegancia y glamur, como en el mejor cuché de Hola, afloró en la boda de Jarl y Pytu, broche a un idilio que presagiaba este histórico desenlace que les adentra en un bonito cuento y ágape en el que a los demás sólo nos queda que nos den con los huesos de las perdices en las narices. Así se inmortaliza la unión del wapo y la wapa en una de las bodas más excelsas de SL, delicia de fotógrafas y competencia de diseñadoras. Por delante va el desfile y la satisfacción de los privilegiados asistentes a un evento de ensueño que no podrán olvidar.
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