Llegabas sin hacer ruido, aparecías cuando debías,
construías hacia el infinito, incluso templos grandiosos y zigurats.
Encontrabas y proveías. Contigo volamos a otros planetas. Nos metimos dentro de
sueños. A mi me confiaste todo un universo y seguías caminado despacio, sin hacer ningún ruido. Como te has ido. Sólo
con las maletas. No se onde andarás pero por mucho que te empeñes, Jos, sabes
que una parte de ti siempre estará aquí. Es nuestra.
Que nostálgica estaba ese día
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