MIRANDO HACIA ATRAS
Derroche el vestuario con la fantasía y la imaginación desatadas para resaltar la belleza y al ritmo de la música que no cesaba. Esa es la gracia y la fuerza de los Carnavales. Desde la elegancia de la fantasía mágica del de Venecia; el ritmo sensual y persistente del brasileño; la gracia y el ingenio del de Cádiz o la disparada fantasía del vestuario del canario. Todos son pretextos para la fiesta que no cesa y se encadena como defensa contra quienes quieren amargarla.
Derroche el vestuario con la fantasía y la imaginación desatadas para resaltar la belleza y al ritmo de la música que no cesaba. Esa es la gracia y la fuerza de los Carnavales. Desde la elegancia de la fantasía mágica del de Venecia; el ritmo sensual y persistente del brasileño; la gracia y el ingenio del de Cádiz o la disparada fantasía del vestuario del canario. Todos son pretextos para la fiesta que no cesa y se encadena como defensa contra quienes quieren amargarla.
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