Un nuevo día y un nuevo post. La rutina de cada día, -que no hay rutinas que maten y, sin embargo, lo que cuesta recuperarlas cuando se pierden aunque sea por la plácida molicie de las vacaciones-. Vuelve la mirada entre bastidores, que es una forma de ver el espectáculo cotidiano con los entresijos del escenario. Desde la concha del apuntador a las alturas de las tramoyas, los suspiros de los protas al salir a escena y la algarabía de las coristas. Aquí estamos todos y el espectáculo continua, que el director ya ha levantado la batuta... y Nama ataca de nuevo.
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