Tocad, tocad, benditos. No dejaremos de bailar mientras suene vuestra música. Mientras vuestros pulmones resistan nosotras resistiremos.Al filo de las melodías y a los compases del ritmo nuestros cuerpos se balancean y nuestros miembros oscilan haciendo perceptibles los movimientos interiores que la música nos suscita. La que mana de vosotros y nos lleva como la suave corriente de un río avanzando en la noche en busca del amanecer.
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