No hay meros espectadores. Son parte activa de la historia como es el mundo de Diotima en donde quienes participamos somos parte de ella y en donde sobre el componente irreal se teje otro mundo real irreal que a la vez es y no es. Así discurre el relato. Con la prosa rotunda y cadenciosa de Red Bikcin y sus imágenes tan sugestivas como bellas a las que muchas de nosotras les aportamos nuestra figura. Mientras, la Desparecida camina en busca de su sorprendente destino. La expo nos lo muestra todo con tal arte y eficacia que nos hace ver lo vivido de otra manera y ya no escaparemos a la necesidad, cuando volvamos por San Borondón, de remirar para ver si vemos de nuevo algo de lo mucho que nos muestra.
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