Morlita Quan ponía la música, Save Oh la imagen y Lennart Nilsson captó el instante. Las demás veíamos y escuchábamos sumergidas en la performance que había superado los márgenes de las limitaciones desbordándose por todas las partes. Experiencia de alucine con los sentidos sobrepasados fusionándose la percepción y el disfrute en una velada inolvidable, privilegio de las agraciadas por estar presentes.
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