No con una sino con dos expos nos regala Ana Oceánida en esa presencia laberíntica en la que nos enfrenta a boca de jarro con sus imágenes tan sorprendentes como inéditas. Si no fuera porque las vemos dudaríamos de que existieran pero ahí están esas realidades de SL que ella capta de forma tan personal como sugestiva con sus juegos de luces, sus enfoques y angulaciones y su privación del color al que hace innecesario.
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