Que el amor no es eterno ya lo sabíamos, como que tampoco es momentáneo ni efímero como las hojas mensuales del calendario por mucho que algunas parejas se empeñen en demostrarlo, proclamándolo a los cuatro vientos con solemnidad y alevosía para verlo evaporarse como una samba bailada con prisa. Enternece una pareja como la de Lia Arum y Eitne Hunninton, que siguen como cuando las conocí hace ya muchas temporadas. Lo suyo es un canto envidiable a la lealtad y la eternidad de forma ejemplar en el SL de nuestros amores.
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