A veces se pierde con el paso del tiempo si no se fomenta y se frecuenta. Como el azucarillo en el café, lo blanco en lo casi negro, desaparece. Está en el liquido, disuelto. No se ve pero se siente en el sabor. Esa es la permanencia. La esencia de lo que se tuvo. Con todo siempre vale más la presencia. El disfrute de lo inmediato antes que el recuerdo que tiene mucho de nostalgia, consuelo por lo que se ha perdido.
Nama, la amistad de quienes tanto te queremos no es de azucarillo, sino de puro mármol por lo solida y perenne. Nunca se deshará, aunque eventualmente nos faltes. Es mas, tus ausencias de los últimos tiempos, por razones que sabemos, nos crea un sentimiento de soledad tan grande, que hace, no solo que tu recuerdo se multiplique, sino también que nuestro amor por ti se acreciente mas y mas.
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