Una superposición de imágenes fantásticas de la japonesa Save ME Oh sobre la música de la querida Morlita Quan fue el excepcional concierto que nos ofrecieron las dos antesdeanoche. Las imágenes se encadenaban derrochando libertad e imaginación y los colores y se disparaban para alcanzar las escapadas del ritmo y la melodía de la música modular que progresaba sin alcanzarla porque se recrecía desafiante en una competición imparable ante una audiencia admirada e internacional. Una posición la de este concierto tan imposible de describir como impactante de percibir que sólo es posible en los límites de SL.
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