No hay ningún amanecer idéntico al precedente porque con el nuevo día la sangre que nos bulle por las arterias con la vitalidad de la de los chorros de la camada que lo hace diferente. Digo esto a propósito de los 500 días y sus 500 noches que hemos compartido en este diario. Cifra redonda no para celebrarla sino que invita a mirar atrás hasta ver en lontananza el camino recorrido. Una buena forma de alegrase y congratularse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario