Foto: Diana Wonder
Esto es tan así que a estos días se les califica de días de amor. No de amores como podría parecer más apropiado. Porque el amor, lo repito, es uno. Independientemente de sus manifestaciones y el que ama, como decía la muy amada Diotima y repetía Sócrates, es el que da. Tantos siglos después las cosas están como estaban. Así de definitivo era su pensamiento. Y una cosa es el pensamiento y otra su vivencia, como la de esta cena navideña a la que cada año nos convoca Momi Barbosa en San Borondón. Un mismo pavo, cada año, y un mismo amor.
Esto es tan así que a estos días se les califica de días de amor. No de amores como podría parecer más apropiado. Porque el amor, lo repito, es uno. Independientemente de sus manifestaciones y el que ama, como decía la muy amada Diotima y repetía Sócrates, es el que da. Tantos siglos después las cosas están como estaban. Así de definitivo era su pensamiento. Y una cosa es el pensamiento y otra su vivencia, como la de esta cena navideña a la que cada año nos convoca Momi Barbosa en San Borondón. Un mismo pavo, cada año, y un mismo amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario