“ El hombre crece, florece y se renueva constantemente en el
amor, o muere.” Lo dejó dicho así, tan
bellamente, Rainer María Rilke. Ahora
remedando el lenguaje no sexista diríamos: Toda
persona humana crece, florece y… Se
diga como se quiera, con corrección ortopédica al lenguaje o con toda la belleza, no nos perdamos la gran verdad del amor, que
aunque vacilemos en definirlo nunca podremos olvidar lo que es: la esencia de la la vida.
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