Éxito es una palabra fonéticamente bella y perfecta, que
expresa la salida o el nacimiento con plenitud, pero que para referirse a lo
que ocurrió en la noche del viernes sobre el escenario del teatro Diotima se
queda pequeña. Habría que hablar de exitazo, incluyendo populismo y un matiz prosaico,
que no son muy procedentes, pero solo así
sabemos intentar aproximarnos a los que realmente ocurrió en la presentación de
Jesucristo Superstar, el musical. El mérito
hay que atribuírselo en su totalidad a Kar Gabilondo, su protagonista, a
Manuel Kowalski , el antagonista y a Mar
Shilova y Ausente Ate que se desplegaron para brillar como rutilantes estrellas
y con ellas a Red Bikcin, la ideadora, que actuó a modo de productora y Danniela Bruum. El mérito, tan
sobresaliente y pleno es de ellos y solo de ellos. Las limitaciones del medio supieron suplirlas
con imaginación y arte en una representación en la que no faltaba la palabra
gracias a la banda sonora original de la que se partía. Las imperfecciones de movimientos
y recursos supieron suplirlo con una escenografía excelente que aportó todo su
realce a lo que con seguridad será un hito en la historia de SL y el bien
hacer. Hoy repiten. Mejor todavia!
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