Sanfermines hay muchos. No sólo
el San Fermín de Pamplona, con todo lo que tiene de fiesta y de barbaridad
atávica. Los nuestros prometen ser puramente festivos y civilizados como
corresponde a nuestro sim. Una ocasión para
la convivencia alegre y la participación
en donde los toros más que un peligro serán tan sólo la amenaza del peluche… pero quien se lo merezca acabará rodando por
el suelo. Nada de sangre. Sólo risas y la alegría de la fiesta, que es lo que
toca a las 11 en punto de la noche. Y luego, como no, fiestuki. Los encierros empezaron el sábado y seguirán en la semana sanferminera.
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