La simpática Fresi baila solitaria, guardadora de ausencias, ajena a su imagen de loba marina y capitana del aire. No abandona su condición deportista y aventurera para prodigarse en todo tipo de eventos culturales y participativos, así como en las fiestas, en las que bien acompañada destaca como singular animadora. ¿Que más se le puede pedir? Que conste mi admiración acrisolada ya en el tiempo y las experiencias.
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