Muchas veces miro, que bien me sirven mis ojos, para Red Bikcin y me pregunto qué
fantasías tendrá en ese momento en su cabeza. ¿Edificios monumentales como los
que aquí se divisan? Les llamo fantasías cuando no lo son porque sus obras son
muy reales pero resultan tan fantásticas en el sentido de superar límites que
le cuadra que le llame fantasías. Como su empeño de ver en las personas desconocidas y amigas mucho más de lo que se
ve cuando las capta con su cámara. Y
cuando digo esto no oculto mi admiración por ella, que también carece de límites y que siempre la he confesado.
(Si clicas sobre la foto la verás a pantalla completa y aunque parezca que Red se sale de la foto se queda)
(Si clicas sobre la foto la verás a pantalla completa y aunque parezca que Red se sale de la foto se queda)
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